Antes hito arquitectónico de Caracas. Después, depósito de objetos y de gente.
Desidia, indiferencia o ignorancia, este patrimonio estaba a punto de ser demolido para hacer un centro comercial.
El coso estuvo inundado, por el mal dragado, durante décadas, perdiéndose la arena propia de estos recintos. Además fue usado durante varias temporadas como sitio de venta de fuegos artificiales, afectando las zonas de burladeros y graderías interiores
Durante muchos años sus espacios se utilizaron como depósito, taller mecánico y vivienda "provisional"
La vibración de los trabajos y el tránsito del Metro de Caracas tuvieron graves repercusiones en la gradería